Me mira, y me provoca. Siento una adicción por sus manos. Amo como me mira, y quita la mirada, una, y otra vez. Me gusta como le doy igual, en apariencia, como se hace el duro, cuando la cosa esta chunga, me gusta cuando llora, y deja ver su parte bonita, me gusta ese gesto que pone cuando se enfada. Estoy enamorada de la voz que pone, cuando me dice que me quiere. Amo, de una manera incontrolable, sus malas maneras, sus insensateces, sus "¿y?". Me apasiona la manera en la que se pone digno, pero cuando ve que me pico, me guiña un ojo, y así, así todo esta bien.
No es cuanta gente pasara por mi vida, ni cuanto ni de que manera me querrán, pero estoy, del todo segura, que nadie podrá quererme así, locamente, incontrolablemente, jodidamente, y estúpidamente así. Como el me quiere, como yo le quiero.
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